
13 de enero, 2021
Por: José Ríos Lugo
En 2016, con: toda la oposición unida en la MUD, fresca aún la victoria por paliza que le propinamos al gobierno en las parlamentarias del 2015, una gran organización partidos-sociedad civil, la abstención completamente minimizada, el pueblo movilizado en la calle y Nicolás Maduro en su peor momento político (seriamente debilitado por la perdida de la AN). O sea el escenario ideal, se intentó activar el Referendo Revocatorio y el gobierno simplemente lo impidió, a través de un tribunal ordinario.
Hoy, que el escenario es completamente desfavorable para la oposición, porque: sigue dividida y enfrentada entre sí, desorganizada, desarticulada, desconectada del pueblo (más del 60% de los venezolanos manifiesta en los estudios de opinión -Datanálisis- no tener confianza, no identificarse ni con la oposición, ni con el gobierno) y con la abstención galopando. Un grupo de venezolanos crea la nueva falsa expectativa de que podemos activar el RR y revocarle así el mandato a Maduro. No le están hablando con la verdad a los venezolanos y sobre ello hay que alertar.
El RR, por donde se le mire, es una empresa inviable. Su activación, su realización no depende de los factores de oposición, depende exclusivamente de que el gobierno de Maduro, permita que se lleve a cabo. Esa es la verdad, nos guste o no. Sí, es cierto, que es un derecho consagrado en la Constitución, pero eso no lo hace viable, como muchos otros derechos plasmados en nuestra Carta Magna, que no ha sido posible hacerlos valer.
Quienes nos quieren embarcar en una empresa que no tiene la menor posibilidad de lograrse, sin un acuerdo previo con quienes tienen el poder, el gobierno de Maduro. No escuchan argumentos, razones, no debaten, no reflexionan sobre los pro y contras (principio básico de toda acción a realizar). No se permiten el medir las consecuencias negativas que puede traer, al no lograrse, para la confianza en el voto como vía de cambio, para la esperanza de la gente al sufrir otra gran frustración y lo más importante y nefasto, para el incremento de la abstención en las presidenciales del 2024, lo cual evidentemente favorecería al gobierno.
Por qué es inviable:
- Como todos sabemos, hoy la oposición está dividida, desorganizada, desarticulada y enfrentada entre sí. Los resultados del 21N, lo evidencian. Barinas, es un caso aparte, que no precisamente puede replicarse a nivel nacional. Y no podemos perder de vista que el chavimadurismo en Barinas, sacó el 41% de los votos.
- Los promotores de la abstención, esos dirigentes e influencers que tienen 7 años en campaña en contra del voto, lograron sembrar la abstención en el venezolano. Más del 60% de la población cree que el voto no sirve para lograr un cambio de los que detentan el poder en Venezuela. Permanecen hundidos en la abstención. Sacarlos de allí no es ni fácil ni pronto, pasarán años.
- No existe un reglamento de ley que regule, que establezca los procedimientos para realizar un RR, por lo cual, queda a criterio exclusivo del gobierno el procedimiento conforme al reglamento que ellos establezcan. Igualmente, por esa falta de reglamento, cualquier tribunal ordinario, amén del TSJ, puede suspender, anular, impedir que se realice, tal cual como pasó en 2016.
- Hay que recoger un mínimo de 4 millones 500 mil firmas, empresa que es cuesta arriba, dada la desorganización y división de la oposición, además de la abstención crónica sembrada en la gente. Pero, por si fuera poco, las planillas contentivas de las firmas deben estar PERFECTAS, no pueden tener ni el más mínimo error pues quedarían automáticamente nulas y por consiguiente anularían la solicitud de RR. Cabe destacar que, en los procesos de recolección de firmas, los chavimaduristas envían a personas a firmar, fingiendo ser opositores, para que hagan mal dichas firmas y/o coloquen datos falsos y dañen así las planillas, como pasó en 2016.
- Si por milagro de Dios se logra superar todos esos obstáculos y se activa el RR, la oposición para poder revocar a Maduro, debe sacar más votos de los que él sacó en 2018, o sea más de 6 millones 400 mil votos, COSA MUY CUESTA ARRIBA DE LOGRAR en el escenario actual. Siendo realistas es muy poco probable superar esa cantidad de votos. Pues la abstención sigue muy presente. Sepa que el gobierno pondrá todos los obstáculos posibles para que los venezolanos en el exterior no puedan votar. Solo unos pocos lo lograrían hacer, o tal vez nadie.
- De lograrse revocar el mandato de Maduro, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, asumiría la presidencia de la república y está obligado por la Constitución a realizar elecciones presidenciales en los siguientes 30 días, luego de haber sido revocado el presidente. El chavimadurismo llevará un solo candidato a esas elecciones, mientras que en la oposición, por ahora, se cuentan 36 aspirantes a la presidencia de la república. De manera que, si no se logra un acuerdo entre todos los factores de oposición para llevar un candidato único y unitario (en apenas 30 días), habrían 36 candidatos o más opositores. No hay que ser adivino para saber cual sería el resultado. Evidentemente el chavismo volvería a ganar.
Por estas razones, a grandes rasgos, es que el Referendo Revocatorio, luego de la abstención, es el peor error que podemos cometer en este momento. No están dadas las condiciones mínimas de fuerza, organización y unidad en la oposición para obligar a Maduro a que lo acepte. La política no es una lotería o juego de azar donde se lanzan los dados a ver que sale.
Hay que aprender algo del chavimadurismo: estrategia, organización, táctica y sobre todo no ir a batallas que no tengan significativas posibilidades de poder ganar. Señores dirigentes políticos, por favor, quítense las gríngolas que ustedes mismos se han colocado en el entendimiento, escuchen argumentos, razones y actuemos con inteligencia y madurez política. Pongamos los pies en la tierra, seamos lo más objetivos posible. Aprendamos de las experiencias y dejemos de una vez por todas el inmediatismo del “Ya se va”
Hay que reconstruir a los partidos políticos, reorganizarse, reconectar con el pueblo ganándose nuevamente su confianza, gobernar bien en los espacios de poder conquistados solucionando problemas y rescatar así el voto como esperanza de cambio, con miras a las presidenciales del 2024, que está a la vuelta de la esquina.
@joserioslugo
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