Reglamento y confusión

15 octubre, 2022

Por: Román Ibarra

Luego de crear expectativas en sus seguidores, la Plataforma Unitaria, ha aprobado un reglamento para realizar las primarias de ese sector de la oposición venezolana.

Decimos de ese sector, porque como es ampliamente conocido, sus voceros más conspicuos ya dijeron quienes pueden participar y quiénes no. Como se ve, a pesar de  que en el texto del citado reglamento se habla de que hicieron ¨amplias consultas¨ a la sociedad, y llegaron a la conclusión de aprobar el instrumento con el cual se escogerá al abanderado de la Plataforma Unitaria, no se conocen otras iniciativas fuera de su seno. El 15 de octubre termina el lapso para las postulaciones de los posibles integrantes de la Comisión Nacional de Primarias que ha de regir el proceso sujetos a este reglamento.

Anuncian que en acto público convocado a tal efecto, entregarán a la Comisión el respectivo reglamento de primarias, para que dirija el proceso y dicte las normas complementarias que considere necesarias.

Seguiremos sin descanso construyendo las bases sólidas que garanticen el éxito de la Primaria que concluirá con la elección de la candidata o el candidato unitario para las próximas elecciones presidenciales, quien en  representación de todos los venezolanos que queremos el cambio político, nos conducirá al triunfo para tener una Venezuela donde podamos prosperar en libertad. Fin de la cita.

Sorprende la manera excluyente como han venido actuando, pero además usan un lenguaje según el cual, ellos y solo ellos son la genuina representación de toda la oposición venezolana.

Es cuando menos penoso ver que antes de la aprobación de ese ¨reglamento¨ no hubiesen dedicado tiempo y esfuerzos sinceros, primero para pedir perdón a la ciudadanía por haberlos embarcado con el manido y fracasado recurso de la abstención como mecanismo de ¨deslegitimación¨ de Maduro, y como consecuencia de ello haberle regalado todas las instituciones para ponerlas a su servicio, como ha ocurrido. Y luego en un ejercicio de sincera mea culpa, tratar de negociar y juntar a todos los sectores  que adversamos al gobierno continuado de Chávez y Maduro, destructores absolutos del país  en estos 23 años.

Prefieren seguir mirando la política desde su propio ombligo; impertérritos en su prepotencia y vanidad, e incapaces de la reflexión serena; amplia, y democrática, que sume y multiplique, en lugar de restar y dividir, como hasta ahora.

Vistas las cosas como desde ese bando se han presentado, cuesta creer que estén interesados en organizarse para derrotar al gobierno autoritario y sus intenciones de perpetuidad. Parece más bien un intento por elegir al sucesor y administrador de los recursos multimillonarios de la ayuda humanitaria, así como los que ya han dispuesto y disfrutado de empresas como Citgo, y Monómeros, tal como es ampliamente conocido.

Es una pena que frente a tanta calamidad producida en algunos casos por la deletérea acción del gobierno, y en otros por la naturaleza como en el caso reciente de los Estados Aragua; Lara; Carabobo; la Guaira; Anzoátegui, entre otros, la oposición no tenga una respuesta contundente y clara que sirva de orientación a la ciudadanía abandonada de lado y lado.

Pasan los meses, años y ya casi  tenemos encima, no sólo las elecciones presidenciales de 2024, sino las parlamentarias y las de gobernadores y alcaldes de 2025, y la oposición desarticulada; atomizada, y sin rumbo.

Sigo convencido de que sin la discusión amplia de un programa de políticas públicas a realizarse de manera inmediata para zanjar la crisis de los servicios, y en el mediano plazo Las reformas estructurales que la Constitución necesita para modernizar el país, nada podemos lograr.

Las primarias no sirven, necesitamos en esta circunstancia un candidato de consenso que dirija con acierto la transición. Se necesita una gran figura para llevar adelante con éxito la recuperación. Democracia para todos; sin exclusiones.

 

El Reporte Global, no se hace responsable de las opiniones emitidas en el presente artículo, las mismas son responsabilidad directa, única y exclusiva de su autor.

 

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