Actualidad

Perdiendo el tiempo

10 de septiembre, 2022

Por: Román Ibarra

Vista la difícil situación en la que se encuentra la vida del venezolano, producto de la destrucción a la que ha sido sometida a lo largo de estos 23 años ininterrumpidos de gobiernos del llamado socialismo del siglo XXI, cabría entender que para enfrentarla democráticamente, se debe desarrollar una vigorosa y coherente unidad.

Pero no es verdad, desde  el año 2002 la ¨oposición¨ ha estado dirigida por los mismos, y no han dejado de cometer errores garrafales, excepción hecha de los eventos electorales que, bajo la dirección de Ramón Guillermo Aveledo, y Jesús Chuo Torrealba, han significado triunfos significativos por la orientación democrática; cívica; pacífica; constitucional y electoral. Todo lo demás, ha sido golpismo y aventuras contrarias a la Constitución.

Frente a un gobierno autoritario con deseos de perpetuidad, se impone la necesidad de construir la unidad de los sectores democráticos, pero con actitud realista y no con salidas disparatadas o vinculadas al crimen del golpismo irresponsable.

Parece que no les basta con el hecho de que más de 6.8 millones de venezolanos hayan huido del territorio, y otros 7 millones estén tratando de sobrevivir desde la perspectiva del emprendimiento; del rebusque diario para de sacar adelante a la familia.

Ya sabemos que el gobierno no tiene ningún plan, o no le interesa la recuperación social, o económica de la población, pero que tampoco le importe a la oposición, habla de un país a la deriva, sin dirigencia, ni orientación. Ahí se explica, de acuerdo a las encuestas, que la oposición tenga más rechazo que el gobierno.

Se cuenta y no se cree, especialmente en el extranjero cuando nos preguntan, como es posible que teniendo Maduro 80% de rechazo, no hayamos sido capaces de construir una alternativa para derrotarlo. La respuesta está referida al hecho de que la oposición tal como ha sido dirigida desde 2002, es peor que el gobierno en todo sentido.

Ahora se empeñan en llevar a cabo unas primarias excluyentes, y sectarias, reducidas al ámbito de sus muy desprestigiadas franquicias, sin ánimo real de producir cambios. Solo desesperados por ¨elegir¨ a quien deba administrar los multimillonarios recursos de la ayuda humanitaria, habida cuenta de que ya dilapidaron los recursos de empresas emblemáticas como Citgo, y Monómeros, sin haber rendido cuentas jamás.

No señores, no es por ahí. El país está en una situación muy difícil, que puede tornarse en irrecuperable si sigue en manos del gobierno de Maduro, que cada día nos empobrece más. Incluso, cuando se empeña en tratar de mejorar la economía, termina cediendo a los demonios internos de su gobierno y partido, cuya presión le impide hacer lo correcto. Marcha con un paso adelante y dos para atrás, y así con tanta incoherencia no se puede.

Se trata entonces de que –desde la oposición, u oposiciones- haya un mensaje claro de unidad, y esta no se va a conseguir secuestrando escenarios para celebrar unas primarias que solo servirán para un concurso de insultos y destrucción mutua, para deleite de Maduro y su gente, quienes se reelegirían fácilmente, a pesar de contar con muy poco apoyo popular.

Se acabó el tiempo de la incoherencia, y la mezquindad. Es el tiempo de la organización, y la discusión amplia de un programa de gobierno sencillo; posible; concreto que resuelva en el corto plazo la angustia del venezolano y su calidad de vida elemental. Es la hora del consenso.

El país necesita agua; luz; Metro; hospitales; empleo, y no odios, ni venganzas. Necesitamos Ganar las elecciones; Cobrar, y Gobernar en paz para todos. No puede ser con cualquiera. Así pues, es urgente un programa para la gobernabilidad y luego  un líder que conduzca la transición para el crecimiento. No más odios, ni venganzas. Se puede.

@romanibarra

 

El Reporte Global, no se hace responsable de las opiniones emitidas en el presente artículo, las mismas son responsabilidad directa, única y exclusiva de su autor.

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