
21 de julio, 2022
Por: Julio César Pineda
La crisis energética es el mayor desafío, no solo para el actual Orden Internacional producto de la Segunda Guerra Mundial de 1945 y de la caída del Muro de Berlín con la disolución de la URSS en 1991; sino para la Unión Europea con sus 27 estados que han renunciado a parte de su soberanía para integrarse en un modelo político, económico y social que hoy es paradigmático, en la construcción de nuevos espacios geopolíticos y geoeconómicos. Es el caso en América Latina de la Celac, Comunidad Andina y Mercosur.
La guerra producto de la invasión de Rusia a Ucrania, ha puesto en el centro de la atención mundial a la Unión Europea, tanto por su actitud unitaria en defensa de la independencia y soberanía de Ucrania, como por el nuevo destino que debe lograr para su defensa y para su desarrollo, más allá de la permanente relación con EEUU.
El crecimiento y desarrollo de Europa ahora está íntimamente ligado a la independencia energética, con el desarrollo de las energías alternas, el átomo y la segura provisión del petróleo y gas al margen de Rusia, que hasta ahora ofrece el 40% del petróleo y el gas que necesitan.
Irán y Venezuela están siendo enfocados por los europeos como posibles exportadores de parte de los hidrocarburos que necesitan los 27 países. Paradójicamente estas dos naciones con vínculos especiales con Rusia, tienen que desplegar una política de competencia, tanto en estos mercados como en los de Asia particularmente en China. En Europa como en Norte América el petróleo venezolano es fundamental y en este sentido hemos visto las actitudes del presidente Macron de Francia, como de Biden de Estados Unidos para normalizar las relaciones con Venezuela.
En los mercados asiáticos el petróleo venezolano tiene que competir para no perder su importancia con la nueva estrategia rusa de incrementar el envió del petróleo y gas a esas regiones; por el abandono voluntario o por las sanciones que le ha impuesto Occidente.
En este conflicto ruso-europeo por los hidrocarburos, Rusia parece jugar a la misma situación que se le planteo a Napoleón y Hitler con la llegada del invierno, actualmente con una realidad muy cercana a sus fronteras y con las dificultades para los europeos de conseguir otras fuentes de suministro. Europa racionalmente encontrará la salida adecuada.
El mercado petrolero mundial en los años 70 demostró la eficacia de ser utilizado como arma política y diplomática, hoy igualmente es empleado por Rusia dentro del concepto de Carl Von Clausewitz de que la guerra es la política por otros medios, que más que un acto político, es un verdadero instrumento político, donde deben emplearse todos los medios al alcance.
Además del petróleo y el gas, Rusia está consciente de la terrible crisis alimentaria que esta produciéndose por el cierre de sus exportaciones y las de Ucrania. En los puertos de Ucrania hay más de 20 millones de toneladas de granos que no saldrán al mercado mundial y que constituyen el 10% de las exportaciones de alimentos. Lo mismo ocurre con los fertilizantes cuyo precio ha aumentado un 30% durante la guerra. Los fertilizantes son esenciales en la agricultura moderna.
Europa con la fuerza extraordinaria de su cultura, historia, valores y con la estructura política y jurídica que se ha dado en este nuevo modelo de Constitucionalismo Internacional seguirá adelante. Superará la crisis energética y responderá adecuadamente a la alimentaria, Putin pensó que podía desintegrar la Unión Europea y disminuir el poder de la OTAN, lo que ha logrado es revitalizar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte y acercarla más a sus fronteras, como ha sido la próxima adhesión de Suecia y Finlandia, tradicionalmente neutrales. Finlandia tiene con Moscú una frontera de 1.340 km. En cuanto a la Unión Europea está demostrando una unidad total y un espíritu de cooperación entre sus Estados miembros.
La Unión Europea, creada por el Tratado de Roma 1957 como Comunidad Económica Europea ha generado un concepto de Estado de carácter regional bajo el principio de la Unidad en la Diversidad. Desde las ideas expresadas por Churchill, en la Universidad de Zúrich (1946); posteriormente Schumann, De Gásperi y Monet. La finalidad del proceso de integración europea fue alcanzar más allá de lo económico, la unión integral. Incluyendo una política común, social y una política exterior y de defensa común. Se estableció el principio de Subsidiaridad y se consagró la supracionalidad con la adopción de las leyes nacionales y las normas comunitarias. Estos presupuestos o bases traen como resultado el Estado Regional Europeo y su Derecho Comunitario establecido en un conjunto de tratados de los cuales el más importante viene a ser el Tratado de Lisboa (2007); el cual es un avance al Tratado de Maastricht (1992), el cual no sólo significó un cambio de nombre, sino trajo consigo las siguientes novedades entre otras: apertura de Europa a los ciudadanos, se estableció una política exterior de seguridad común, a fin de promover se creó un espacio sin fronteras interiores (espacio Schengen), se estableció el fomento y cooperación en el ámbito de la justicia y los asuntos interiores, se le otorgó poderes y atribuciones al Parlamento Europeo.
Los 27 países de la Unión Europea han evitado guerras y conflictos durante 77 años, han renunciado a la amenaza o el uso de la fuerza y se han comprometido con la justicia y la libertad en un estado comunitario y social y de derecho. Esta lamentable guerra entre Rusia y Ucrania terminará y Europa seguirá siendo un paradigma en la Comunidad Internacional. Esta semana en Bruselas se está decidiendo la incorporación de nuevos Estados miembros a la UE: Albania y Macedonia del Norte y se está aprobando el plan energético en caso de corte del gas ruso.
Jcpineda01@gmail.com
grupobrujulainternacional@gmail.com
Twitter: Jcpinedap
Instagram: Jcpineda
El Reporte Global, no se hace responsable de las opiniones emitidas en el presente artículo, las mismas son responsabilidad directa, única y exclusiva de su autor.