Kabul: el Saigón del presidente Biden

2 de septiembre, 2021

Por: Julio César Pineda

Terminó definitivamente la presencia oficial de Estados Unidos y sus aliados en el territorio de Afganistán. Los talibanes dispararon sus armas para celebrar la victoria, sustituyeron la bandera tricolor e izaron la nueva bandera blanca con la palabra Shahada en árabe, profesión de fe islámica en un solo Dios, Alá.

Los grandes actores del sistema internacional han expresado su preocupación por la posibilidad de que Afganistán ahora con los talibanes en el gobierno pueda convertirse en un santuario y refugio del yihadismo y el terrorismo islámico internacional.

El nuevo gobierno talibán proclamó la independencia de este Emirato y confirmó cumplir sus compromisos internacionales. Su primera manifestación fue la labor conjunta con los militares estadounidenses después del atentado en el aeropuerto con cientos de víctimas. Este acto se lo atribuyó ISSIS-K.

Afganistán se constituyó como Estado independiente a los inicios del siglo XX, y hasta 1973 fue gobernado bajo un régimen monárquico. En 1978 la llamada “Revolución de Saur” liderada por el Partido Democrático Popular de Afganistán y financiada por la URSS, emprendió una serie de reformas, pero dentro de un modelo autoritario con una marcada orientación marxista, estableció la República Democrática de Afganistán, era la época de la guerra fría; la Unión Soviética para apoyar al gobierno comunista intervino en Afganistán desde 1978 a 1992. Fue el periodo del fortalecimiento de los talibanes dentro de una visión política y extrema del Islam y frente al materialismo marxista soportada por EEUU, Arabia Saudita y Pakistán para oponerse al modelo comunista. Los soviéticos abandonaron el país en 1989. En 1996, controlando la mayor del país, los talibanes establecieron el Emirato Islámico de Afganistán, reconocido por un reducido número de países.

Washington justificó su incursión en Afganistán bajo la acusación del terrorismo de los talibanes y la protección a Bin Laden. Ahora de nuevo tienen el poder y controlan casi todo el territorio. Han prometido trabajar por la paz y la concordia, pero nadie olvida la violación de los Derechos Humanos y el régimen estricto que impusieron bajo las normas del Corán expresados en la Sharía.

La mayor parte de los analistas internacionales cuando se refieren a lo sucedido en Kabul del 15 al 31 de agosto lo comparan con Saigón en esa época capital de Vietnam del Sur y tomada por las fuerzas comunistas del norte. Recientemente la revista “Foreign Affairs”, bajo el título “Perdimos todo en Afganistán”, se refería a 20 años de errores y perjuicios comunes en lo esencial en las presidencias de George W. Bush, Barack Obama, Donald Trump y Joe Biden. En la Cámara de Representantes al considerar la decisión del Presidente Biden, el Jefe de la fracción repúblicana Steve Calise, increpó al canciller Anthony Blinken afirmando que Kabul era el Saigón del Presidente Biden; la respuesta del Canciller fue responsabilizar a la administración del ex Presidente Trump quien firmó con los talibanes los Acuerdos de Doha en una complicada negociación y para evitar una guerra total. No se cumplió lo prometido por ambos presidentes de que serían los militares afganos quienes controlarían el orden y la institucionalidad después de la retirada occidental; los talibanes sorprendieron con la rápida toma de varias provincias y la capital.

Efectivamente, en 1954 bajo la Presidencia de Dwight Eisenhower, EEUU intervino en Vietnam con una larga guerra, venían de una gran victoria, contra los comunistas en la guerra de Corea (1950-1953). Los Presidentes John F. Kennedy y Lyndon B. Johnson siguieron esta política militar. Durante el mandato del Presidente Richard Nixon, ante la posibilidad de la victoria ordenó el retiro de los militares y se negoció el Acuerdo de París de 1973. La toma definitiva de Saigón por el ejército popular vietnamita fue durante el periodo del Presidente Gerald Ford. BBC News, se interrogaba hace unos días ¿Qué pasó en Saigón y por qué la semejanza con lo que ocurrió en Kabul?, concluyendo que la comparación es inevitable, porque en ambos casos fue un momento humillante para el país más poderoso del mundo. Se considera como las dos derrotas militares para EEUU y para el Occidente cuyas consecuencias están por verse.

Por ahora dos de los factores importantes en la nueva conducta de los talibanes son Qatar y Pakistán y el nuevo liderazgo de los talibanes entre el mulá Abdul Ghani Baradar quien ha manifestado una actitud diplomática y amplia y la línea dura de Mohamad Yacoob hijo del antiguo líder supremo Mulla Omar, quien comandó a los talibanes y fue Emir de Afganistán entre 1996 y 2001.

Jcpineda01@gmail.com

 

 

El Universal

 

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