
17 de septiembre, 2022
Por: Román Ibarra
El autoproclamado ¨presidente interino¨ presentó un mensaje a la nación para rendir cuentas, según él, de lo acontecido en su gobierno imaginario.
Ha sido, ni más ni menos, una colcha de retazos de mentiras e inconsistencias que difícilmente se las puedan creer ni en su casa. Es verdaderamente penoso intentar ocultar lo que a todas luces es un fracaso estruendoso, y un largo tiempo perdido, dilapidando la confianza de los venezolanos que decidieron acompañarlo con sentido unitario, luego de que la presidencia de la Asamblea Nacional cayera bajo su responsabilidad.
No hay un solo rédito que se le pueda adjudicar, salvo que se pueda considerar como exitoso, la crueldad infinita de haber contribuido de manera significativa con la profundización de la ruina del venezolano, originalmente creada por Chávez y Maduro, y continuada por Guaidó y sus secuaces con el impulso de las sanciones económicas y financieras a Venezuela, que han impedido avances en la recuperación que se necesita.
Responsable junto al jefe de su partido, y los dueños del G4, de la organización y ejecución chapucera de dos golpes de estado, del 30 de abril, y la de los topochos o Gedeón, para sumir en el subsuelo del desprecio popular al conjunto de la oposición, y prolongar la agonía de los ciudadanos.
Corresponsable de los clichés inútiles del ¨Maduro vete ya¨; ¨solos no podemos¨; ¨dictadura no sale con votos¨; ¨no lo llames presidente, llámalo dictador¨, para solo citar algunas de las más necias de que se tenga memoria en la historia reciente de la política venezolana.
Hago un ejercicio de imaginación para ver por una pequeña ventana a Maduro en Miraflores riendo a carcajadas por la cantidad de torpezas que comete la autodenominada ¨oposición legítima¨ con Guaidó a la cabeza.
Yo no se si Maduro toma o no, pero yo me serviría una copa de vino tinto; o un whisky, o un buen ron venezolano, para disfrutar en pantalla gigante de cada una de las ¨genialidades¨ de este muchacho, y de quien por detrás le ordena lo que hace.
Me imagino que estará convencido de que salió exitoso de ese esfuerzo, como si la ciudadanía fuera tan lerda como ellos suponen, para no darse cuenta de que todo lo que hay detrás de ese intento, es lanzar su precandidatura a las primarias excluyentes y sectarias que desde el G4 intentan como trampa cazabobos para engatusar.
No hay manera de levantar a ese muchacho de los escombros donde el mismo se sembró, lo va a lamentar un poco más adelante. No hubo deseos de enmienda, ni el más mínimo interés por ofrecer disculpas por el inmenso error recurrente de llamar a la abstención, con las consecuencias que ya todos conocemos, a pesar de que se les advirtió abiertamente.
Tampoco aclaró el destino de los recursos mil millonarios de la ayuda humanitaria, ni el desastre que protagonizaron con la mala administración de Citgo y Monómeros. Acaso la sociedad no tiene derecho a saber realmente que fue lo que pasó?
Estoy seguro de que les va a salir el tiro por la culata una vez más, habida cuenta de que no aprendieron nada de sus propios errores, pues los siguen repitiendo. No se imaginan el flaco servicio que le hacen a la causa democrática, y el favor inmenso que le hacen a Maduro y sus intentos lamentables de perpetuarse en el poder.
Creo que no han leído las encuestas que evidencian que ese grupo y especialmente Guaidó, tienen más rechazo que el propio Maduro, quien a pesar de conocer su poca influencia popular, no deja de trabajar en su reelección con astucia, y realismo político.
Se te acabó tu cuarto de hora Guaidó; el usurpador eres tú.
@romanibarra
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