Actualidad

El imperio del «como sea»

21 de abril, 2020

En Venezuela los que detentan el poder forzaron el candado de la caja de Pandora:

Hoy nos caracteriza como país: una lucha por el poder que no se detiene ante nada entre élites políticas (polos) supuestamente antagónicas, pero que cada día se parecen más en métodos y formas. Un pueblo completamente desamparado con: hambre, patologías diversas no atendidas por un sistema de salud publica completamente deteriorado, falta de medicamentos, casi sin producción petrolera y sin gasolina, con servicios de luz, agua e Internet precarios y para completar el avance silencioso de un VIRUS LETAL que no da cuartel ni aquí, ni en el resto del mundo.

Mientras un sector DESQUICIADO, SIN FORMACIÓN POLÍTICA, HISTÓRICA, ARRAIGO NACIONAL E INCAPAZ que mantiene secuestrada la conducción de la oposición (el otro polo). Frotan con sadismo sus manos ante el inminente armagedón nacional, sin importarles para nada las muertes y sufrimientos de un pueblo indefenso y diezmado.

Y la esperanza permanece acorralada. Los sectores democráticos, humanistas, coherentes, con formación, experiencia política y arraigo nacional yacen relegados, desprestigiados por un aparato comunicacional con mucho poder de influencia en la opinión publica nacional e internacional que está en constante campaña sucia a través de sus laboratorios mediáticos, y sin capacidad de ofrecer respuesta. Estamos ante el imperio del «como sea» en ambos polos del poder. «La hora menguada».

«¡Qué horror! ¡Qué horror! Clamaba Enriqueta, con las manos sobre las sienes consumidas por el sufrimiento». Da la inconfundible obra de Rómulo Gallegos. Con esa frase podemos describir el diario acontecer de los millones de enriquetas y enriquetos que sobreviven, cada día menos, en una nación bendecida por Dios, pero secuestrado por Lucifer.

Pensar que aún no hemos tocado fondo, que no ha llegado lo peor. Permanecemos casi inertes, convencidos de nuestra vulnerabilidad ante el mandamás. Reconocidos sin fuerzas e incapaces de superar lo que nos han vendido como una «Muralla China» que se extiende hasta el mismo cielo y es «imposible» superar. Completamente desmoralizados vagamos en el ir y devenir diario de nuestras vidas, como muertos vivientes (cual zombies) cambiando, sin saberlo, al igual que los «originarios», «oro por espejitos». Esperanzados en las fantasías que nos vende una élite de perverso ególatras que juegan al juego del poder. Que nos usan como los peones a sacrificar para obtener «como sea» la preciada corona, en nuestro caso silla presidencial.

Nuestra «suerte», errores u omisiones nos han llevado a estar en medio d dos bandos de cultores del poder y esclavos de sus ambiciones desmedidas que han exacerbado sus miserias humanas. «Por sus obras los conoceréis» y son precisamente esas obras que los iguala en perversión. «El poder primero, las necesidades del pueblo, del país para después».

Nos toca recoger la maltrecha y cercada esperanza, echarnos a cuesta nuestros sufrimientos, complejos y vulnerabilidad, y entender que el verdadero poder yace en cada uno de los ciudadanos y que al vencer las barreras y unir esa vitalidad estaremos en posibilidad real de producir los cambios que anhelamos que requerimos. La neutralización de los polos que nos aprisionan, nos mantienen secuestrados y que están destruyéndolo todo. Esos que nos destruyen como sociedad, como nación en su obsesiva lucha sin cuartel por el poder. Solo con la unidad real de propósitos y actuación de los demócratas y humanistas, de la reserva moral, espiritual y cultural de este país, tendremos país. Nos toca colocar un nuevo candado a La Caja de Pandora, para retornar a la normalidad.

@joserioslugo

 

 

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