
16 de febrero, 2022
Por: Julio César Pineda
La Revolución Ecológica hoy con el Calentamiento Global se ha convertido en el tema central de las agendas de los Estados y de la Comunidad Internacional. En la Cumbre Del Clima en Glasgow (Reino Unido) el pasado mes de noviembre, quedó demostrado, por una parte, la gravedad y urgencia frente al cambio climático y la incapacidad de la Comunidad Internacional para tomar medidas definitivas y globales. De seguir como estamos el hombre podría acabar con la vida sobre la tierra. En este Fórum Mundial se conoció el informe del grupo de Expertos del Panel Intergubernamental Para el Cambio Climático de la ONU, donde afirmaron que el calentamiento global del planeta es generalizado, avanza con rapidez y se intensifica con la influencia de la actividad humana.
La mayoría de los 200 países que participaron en esta última Conferencia de Reino Unido, acordaron para esta década la disminución de gases efecto invernadero, con una referencia directa al carbón y a los subsidios a los combustibles fósiles. El carbón junto al petróleo y el gas son los que más producen la contaminación ambiental. Todos los países han ofrecido medidas que eviten el sobrecalentamiento de la tierra. A pesar de las restricciones por el Covid-19 esta reunión fue seguida por más de 40.000 personas, entre ellos numerosos Jefes de Estados, todos se comprometieron para el 2030 en la reducción de un 45% de las emisiones de CO2. Se formalizó la normativa para el mercado de carbono, como lo establecía en Acuerdo de París del 2015 y con la oferta de países ricos, para financiar programas verdes en las naciones del tercer mundo. Importante fue el Acuerdo Climático entre Estados Unidos y China, y el Convenio de todos los Estados en presentar proyectos de recorte de emisiones contaminantes.
El lema de esta conferencia (COP26) Uniendo al mundo para hacer frente al cambio climático, debió inscribirse en políticas más determinantes y radicales, para lograr la armonía entre el hombre y su ambiente. En Glasgow debió haberse elaborado una hoja de ruta para frenar definitivamente la crisis climática, e iniciarse una gran revolución en todas las áreas de la ecología. Lo logrado fueron acuerdos mínimos y dentro de la flexibilidad propia de los actuales convenios internacionales.
Para Greta Thunberg en nombre de los jóvenes del mundo señaló: “No es un secreto que la COP26 es un fracaso. Debería ser obvio que no podemos resolver una crisis con los mismos métodos que nos llevaron a ella en primer lugar”. Los jóvenes en este evento pidieron implementar una nueva justicia ecológica y la judicialización del ambiente, proclamaron el ambiente como un derecho fundamental y la exigencia de normas jurídicas dentro de la ética y la política.
La crisis ecológica, aunada a la crisis sanitaria, que estamos viviendo en estos tiempos necesita un cambio profundo del modelo de desarrollo. Para Gorbachov en su “Manifiesto por la Tierra”, el ser humano no puede sustraerse a tres desafíos del siglo XXI. El primero es la necesidad de mantener la paz mundial regional y nacional con la advertencia del Apocalipsis nuclear. El segundo tiene que ver con la lucha contra la pobreza. El tercer desafío toca a los problemas del ambiente, los cambios climáticos que afecten al mundo y el desenfrenado interés por el dinero, con una irracional utilización de la naturaleza y el descuido en el manejo de la ciencia y la tecnología. El mismo lo vivió en la era soviética, como lo presenciaba con el capitalismo, donde solo cambia los intereses, unos concentrados en el Estado y otros en manos privadas.
La revolución ecológica pretende superar las revoluciones liberales como la estadounidense y francesa, pero también las socialistas de China y Rusia, todas interesadas en paraísos que se convierten en distopías, dentro del egoísmo individual o de clase. Ambos modelos han sacrificado la naturaleza para la producción de bienes y el crecimiento económico.
El Ecologismo al señalar los límites del crecimiento, introduce el principio de supervivencia con la dependencia del ser humano como parte de la biosfera. Como toda ideología la ecología expresa conceptos y una visión sobre la economía, la política, las relaciones internacionales. Tiene el aspecto pasivo de la representación de la sociedad, pero también el principio activo de proyectos que pueden realizarse y paradigmas para el cambio necesario. La ideología verde recupera del liberalismo la afirmación de los derechos fundamentales y del socialismo la preocupación por la justicia, esto es posible con un nuevo desarrollo sustentable y sostenible. Pero es la política como lo ha hecho desde los años 80 inicialmente en Europa, desde el poder aplicar los programas y proyectos de la nueva sociedad ambiental.
En el Estado Social y de Derecho la participación del pueblo es por los partidos políticos y los movimientos sociales. El proceso ideológico de los partidos verdes está en construcción. La ideología verde se inscribe en la geopolítica de la etapa posterior a la caída del muro de Berlín. Precisamente hoy los verdes de Alemania (Die Grune), por primera vez ejercen parte del poder. Una representante importante es Annalena Baerbock, ministra de Relaciones Exteriores y actualmente pieza fundamental en el necesario dialogo Rusia, Unión Europea y Estados Unidos por el conflicto de Ucrania.
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El Universal
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