
14 de septiembre, 2020
No es casual que grupos de ciudadanos y algunas organizaciones de la sociedad civil estén manifestando que «deben ser suspendidas las elecciones parlamentarias», que por mandato constitucional deben realizarse este año, y que han sido fijadas por el CNE para el 6 de diciembre. Es este petitorio la nueva treta del sector abstencionistas en contra de la vía electoral.
Los “argumentos” utilizados por estas individualidades y grupos, quienes aseguran “no somos abstencionistas”, son exactamente los mismos que utilizan los sectores abstencionistas de la oposición extremista que lideran: Leopoldo López, Julio Borges, Carlos Vecchio, María Corina Machado, Guaidó y otros del G4. Que se fundamentan en que, según ellos, “no hay condiciones mínimas” para ejercer el voto libremente. Por lo cual, han calificado al proceso como “una farsa electoral”.
Esta nueva modalidad que abona al terreno de la abstención comenzó con la introducción de un recurso de amparo ante el TSJ solicitando la suspensión de las elecciones. Recurso cuyo apoyo ha sido, casi nulo, pues a más de 2 meses de interpuesto las adherencias al mismo no llegan a 10 mil, en un universo de votantes superior a los 20 millones. Pero, sus demandantes, ALGUNOS de ellos muy serios y respetables como es el caso del señor Andrés Caleca, otros simplemente abstencionistas intentando camuflarse, lo valoran como «un gran apoyo». Los autoengaños al parecer están de moda. Bueno, en todo caso, hay que reconocer que estos ciudadanos solo están ejerciendo su derecho y repito algunos de buena fe y caer en cuenta que cometen un error.
El otro “argumento” que ya empiezan a utilizar los que piden la suspensión de las elecciones es lo relativo a la pandemia y el creciente número de casos que se viene presentando en el país. Aseguran que “es un crimen” llevar adelante el proceso electoral en medio del COVID-19. Dicen que de realizarse se incrementarían «exponencialmente» los contagios. Lo que no dicen es que hasta la fecha más de 30 países alrededor del mundo, que superan hasta en 10 veces el número de casos con relación a Venezuela, han realizado elecciones tomando las medidas de bioseguridad señaladas por la OMS. Siendo que la incidencia en incrementos de contagios ha sido mínima, muy poco significativa.
Tenemos el caso de India que a la fecha presenta un promedio de 90 mil casos diarios, con más de 5 millones de contagiados del COVID-19 y a pesar de ello este años realizarán elecciones municipales. De igual forma EEUU y Brasil realizarán elecciones este año, siendo los países que más contagios han presentado de todo el globo terráqueo. Todos los venezolanos sabemos porque lo vemos cada vez que salimos a comprara alimentos, que hay mayores riesgos y/o posibilidades de contagio en el Metro, en las camionetas del transporte público y en los mercados que en hacer una cola para votar. De manera que, ese pseudo argumento de suspender las elecciones debido a la pandemia por ser falso se cae por sí solo.
Quienes solicitan la suspensión de las elecciones con los muy endebles “argumentos” de la falta de condiciones mínimas para ejercer el voto y/o por efectos de la pandemia, conscientes o no, le están haciendo el juego al extremismo opositor que llama a la abstención y al propio gobierno de Maduro, al chavidurismo que es el único beneficiado de la abstención de quienes le adversan, tal cual como lo fue en 2005.
Hay muchas preguntas que estos reducidos grupos de ciudadanos, individualidades, partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil no han respondido:
- ¿Pueden garantizar lograr en 6 o 9 meses, en caso de suspenderse las elecciones, lo que no se preocuparon en conquistar desde el 2016 hasta la fecha?
- ¿Creen en verdad que un gobierno autoritario como el de Maduro otorgará condiciones “ideales”, como en Suiza, para que ejerzamos el voto?
- ¿Si se suspenden las elecciones y no logran conseguir esas condiciones “ideales” a la que aspiran qué van a hacer, pedir que se vuelvan a suspender las elecciones por “saecula saeculorum”?
- Igualmente ¿si en 6 o 9 meses seguimos con significativos casos de contagios, volverán a pedir que se suspendan las elecciones?
- ¿Qué va a pasar con las elecciones de alcaldes que corresponden al 2021, también serán suspendidas?
- ¿Y cómo queda el Derecho Humano Universal del voto, consagrado en nuestra Constitución Nacional?
- ¿No se violaría la Constitución al extender el periodo establecido por la propia Carta Magna, de duración de los diputados electos en 2015?
- Y lo realmente más importante ¿Qué pasará con los múltiples problemas de los venezolanos, entre ellos la atención de la pandemia, que esperan por acuerdos entre el gobierno y la oposición para lograr soluciones concretas, siendo el ámbito del parlamento el órgano indispensable para ello?
Cada una de estas interrogantes y otras deben ser respondidas a la sociedad venezolana por quienes hoy solicitan la suspensión de las elecciones. Es lo serio y responsable. Lo contrario solo demostraría que efectivamente son abstencionistas camuflados.
Suspender las elecciones no es otra cosa que correr la arruga, eso no aportará ninguna solución a los problemas del país, por el contrario solo prolongará la agonía y cada uno de los males que están acabando con los venezolanos. Solo en el marco de los acuerdos a que se lleguen en una nueva Asamblea Nacional que se dedique a concertar soluciones concretas a las problemáticas del país y no a conspirar para derrocar al gobierno, es que podremos mitigar el sufrir de los venezolanos y avanzar hacia el logro de una transición del poder en forma pacífica, constitucional y electoral.
Pedir que suspendan las elecciones es exactamente lo mismo que llamar a la abstención. Es coadyuvar a esos oscuros intereses financieros del extremismo opositor que sin participar en las elecciones, sin contarse en las urnas electorales pretenden, violando la Constitución, seguir ejerciendo los cargos de diputados y de “presidente encargado VIRTUAL”. Para convertirse así en los verdaderos usurpadores.
@joserioslugo
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